MISCELÁNEA DE IDEAS

viernes, 29 de abril de 2011

¡Ya podemos endeudarnos aún más!

Hoy mismo hemos conocido la gran noticia: El Ministerio concede a la Comunidad de Murcia permiso para endeudarse.

Y como no puede ser de otra forma lo recibimos con la mayor de las alegrías, sobretodo las empresas, que están sufriendo el impago de la administración con la impotencia del ratón que lucha contra un gran león.
Y es que no es exagerado decir que la supervivencia de cientos de pequeñas y medianas empresas de la región está en juego, con los miles de puestos de trabajo que esto supone.

Pero esta noticia me deja algo intranquilo, y sé que no soy el único que desconfía del nuevo escenario al que nos enfrentamos. Por poner un ejemplo, los contratistas ya han avisado de que estarán “vigilantes” para cobrar sus facturas pendientes.

Esta nueva inyección de dinero, que por supuesto tendremos que devolver, en cómodos plazos, nosotros, nuestros hijos, nietos y no sé cuantos más, a un interés que aún no conocemos, y que me parece a mí que va a servir para que cambien poco las cosas.

Hemos necesitado sufrir la peor crisis conocida de nuestra democracia para darnos cuenta de que nuestro sistema no funciona correctamente. Algo falla y  parece lógico pensar que cuando algo no funciona se deberían emprender reformas.

Tenemos una administración claramente ineficiente en el uso de sus recursos, con duplicidad de cargos, gastos superfluos que se podrían eliminar, clases políticas excesivamente privilegiadas y un largo etcétera en el que no quiero entrar.

Y todo se financia desde lo que se genera a partir del sector privado, que siendo el más desprotegido y sometido a criterios de eficiencia y productividad tiene que soportar una administración excesivamente protegida e ineficiente.
Pero lamentablemente, tengo la sensación de que esta nueva inyección de dinero (es bueno recordar que es un préstamo que hay que devolver) va a servir para que nuestros políticos continúen con las cosas tal y como están, sin hacer cambios que les pueda comprometer en  estas elecciones o en las siguientes.
Y esa es otra, la elecciones, con lo que les gusta sacar pecho en ellas y gastar dinero en alardes absurdos del poderío de sus políticas.


Pues nada, mientras seguimos caminando hacia el camino equivocado, aquí estaremos para verlas venir.


¿O no? ¿Qué podemos hacer?

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